Manual de la depresión

Estimados, queridos y maravillosos lectores, ¡yo diría más... hermosos lectores! he aquí el manual más completo acerca de la depresión: un documento que el diario El Testigo ha podido conseguir en exclusiva gracias a la colaboración de una fuente no anónima llamada Rodrigo López, 28 años, uruguayo y ex-paciente psiquiátrico.

Desde que me di cuenta de que estaba deprimido sólo quería ir a la playa a ver el mar, más tarde me di cuenta de que mi destino era morir ahogado y por eso decidí aprender a nadar, para poder ahogarme a conciencia.

Para adentrarnos en el fantástico y colorido mundo de la depresión, tanto por cuestiones laborales (coger una jugosa baja por depresión); por cuestiones familiares (harto de tu familia, puedes largarte a un centro psiquiátrico durante dos meses) o cuestiones meramente estéticas (podrás ser aquel romántico deprimido que siempre quisiste ser) es necesario tener en cuenta algunas nociones básicas sobre lo que verdaderamente significa estar deprimido y cómo efectuar un uso adecuado y responsable de la depresión. Hay que decir desde el principio que la depresión es un asunto serio, y si tienes algún motivo por el que vivir, lo mejor es que llames al número de la esperanza y dejes de leer esto ahora mismo. Tengamos mucho cuidado, muchísimo, porque hay depresiones que pueden llegar a matarte, aunque eso no es un problema, claramente.

Para empezar, cualquier persona puede deprimirse. En realidad es muy fácil conseguirlo. Sólo necesitas explorarte a ti mismo y darte cuenta de que eres una persona con muchas carencias emocionales, sin amigos y sin pareja. Luego debes hartarte del mundo en general; puedes ir hartándote poco a poco, lentamente (durante días, meses o incluso años), llegando incluso a odiar todo lo que te rodea; o también, simplemente rechazarlo. Más adelante deberías ir pensando en cómo te suicidarías. Esta es la parte más sólida de la depresión. Alguna de las mejores y más populares ideas son: colgándote, cortándote las venas, con pastillas de muchos colores, o arrojándote a las vías del tren. Pero todo esto es ya asunto de gente muy entendida en la materia; gente que lleva años con la depresión como principal compañera de vida... En fin, es nuestra responsabilidad recalcar una y otra vez que un uso inadecuado de esta "gran habilidad"  puede resultar en la más inminente de las muertes. He aquí un ejemplo real de una conversación real que mantuvieron un paciente realmente deprimido y un psiquiatra real:

Hola, me llamo Rodrigo y creo que me suicidaría (le dices al psiquiatra) colgándome de la puerta de mi casa. En mi carta de suicidio escribiría que mi vida fue muy triste y que los últimos años de mi existencia fui muy infeliz; y que nadie me dio apoyo, o lo que es lo mismo, nadie estuvo a la altura de mi depresión. Este sería un ejercicio óptimo del manejo de los pensamientos y de las emociones, tanto así como de la depresión en sí misma. Como vemos, el sujeto se presenta educadamente, luego explica el método de suicidio que emplearía, y después rápidamente le echa la culpa a los demás. Perfecto.

La gente no me entendía cuando les contaba que me iba a suicidar, gracias al cielo di con un buen psiquiatra que me recetó benzodiacepinas y dada mi religión podía combinarlas con alcohol, ¡viva el cristianismo!

Por lo demás, la depresión te hará querer dormir más horas. O por el contrario, dormirás poquísimo. Por eso, puedes aprovechar de paso para matar dos pájaros de un tiro y empezar a llevar un diario de sueños. Es un proyecto sumamente saludable. Por ejemplo: "Hoy soñé que me cortaba las venas, sorpresa la mía cuándo me desperté con una erección y seguía vivo". También puedes intentar distraerte con algunas manualidades, o aficionarte a algún deporte de riesgo. Aunque suene paradójico, si eres un buen estudiante de la depresión y planeas ejercer de ello, no tendrás problemas en lidiar con las buenas hormonas que se liberan después del ejercicio físico y, aunque sea contraproducente, la verdad es que es mucho mejor ser un atractivo muchacho deprimido que un gordo deprimido. Piensa en tu futuro. Por muy simpático que seas, la sociedad premia el canon de belleza escuálido, la sociedad premia a los esqueletos.

También debes saber que subirás de peso o por el contrario bajarás mucho de peso. Esto puede ser una buena oportunidad para ir a la playa. Y hablo completamente en serio. Tanto si como estás gordo como si no, es bueno ir a la playa. Si estás gordo aprovecharás ese tiempo idílico dando largos paseos por la arena con gafas de sol, una gorra y una camiseta para que no se te vea toda esa barrigota grasosa y llena de estrías. (Inciso: ¿qué son las estrías sino sólo las marcas de la ruptura con el equilibrio mente-cuerpo? ¿Acaso es cierto el legendario refrán "cuerpo sano en mente sana", o deberíamos decir más bien; "mente enferma en cuerpo con estrías"?) Silencioso y triste puedes ir pensando en todo eso, o en cómo te matarías o en cómo odias todo lo que te rodea. Si se diera el supuesto en que la depresión te ha vuelto una persona delgada, aprovecha para aficionarte al surf. No hay pérdida. Recuerda llevar una buena dieta a base de alcohol, porros, y pastillas relajantes como el valium o el rivotril. Son buenas estrategias porque te causarán dependencia y podrás irte del mundo muy satisfecho sabiendo que en última instancia te drogaste todo lo que te dio la gana. Cualquier cosa química que puedas echarte encima siempre será bien vista por los expertos, porque a fin de cuentas "estabas deprimido". No tienes culpa de nada, y sólo estás explorando y surfeando la ola de la depresión. Ánimo, machote.

La gente no puede creer que aún no me haya suicidado, yo, mientras me fumo un cigarrito industrial me digo a mí mismo: tiempo al tiempo, todo cae bajo su propio peso, hoy estás aquí y mañana en otro barrio...

En cuánto a los aspectos cotidianos, lo mejor que puedes hacer es dormir sobre el colchón, preferiblemente sin ducharte durante varios días, desnudo y sin sábanas. Así crearás tu propio ecosistema casero depresivo. Usa la misma taza para el café siempre. No hace falta que la laves, estás deprimido. Y alcoholízate. Y si no fumas, es mejor que adquieras el vicio pronto. Porque si fumar mata, ¿a qué estás esperando? No hay nada más hermoso que un ser humano deprimido fumando grandes cantidades de tabaco, mientras tose flemas verdes y le apesta la garganta a gato muerto. Además, como harás deporte no se te pudrirán los pulmones del todo y con suerte te quedarán unas cuántas décadas más de vida.

Sería ideal que empieces a buscar grupos de música depresivos. Pero como el mundo de la música es muy grande, no me atrevería a sugerir ningún grupo en especial. Si la canción en cuestión te evoca sentimientos fatalistas, tristes, solitarios, y te hace gemir de la tristeza: es la adecuada; no lo dudes más. Pero por el contrario, si la canción te hace sentir bien, abrigado, reconfortado... y brincar y mover el esqueleto... mal asunto, camarade, mal asunto porque los deprimidos no bailan.

Quedan más cuestiones por las que hablar, pero la verdad es que estoy algo deprimido, me suicidaría colgándome de la puerta de la habitación, estoy algo gordo y duermo en un colchón sucio, llevo 5 días sin ducharme, no tengo dinero, no tengo piba, no tengo mucho apetito intelectual y me das asco. Sí, tú, jodido lector de tres al cuarto, tú y tu mórbida curiosidad ingenua y retorcida sois razón suficiente para deciros adiós. ¡Adiós, mundo cruel!


Un muchacho que representa los valores de una sana depresión, ejemplo gráfico.



Comentarios

Publicar un comentario

Comenta